La inspectora Márquez presiente que algo está pasando en la familia Guerrero. Lleva ya muchos años tras ellos y sabe que su punto débil es el abogado Iriarte, tesorero del partido político en el gobierno y testaferro de Tomás. Pero Márquez no cuenta con la colaboración necesaria del estado ni del juez Matas. Daniel recluta a un hábil contable para dinamitar discretamente el imperio de su hermano Tomás. Mientras que éste elabora un plan para deshacerse de su socio en el sur, el antiguo colaborador de su padre, Lobo. Tomás ofrece a su hermano Daniel ocupar el espacio que dejará este en la red de narcotráfico. Sol, la mujer gitana de Tomás, debe lidiar con la inclinación racista y de extrema derecha que está desarrollando su hija adolescente Carmen.